Las Flores de Bach actúan en estados emocionales negativos como el miedo, incertidumbre, angustia ansiedad, preocupación excesiva por los demás, apatía, tristeza, soledad, impaciencia, irritabilidad, etc. fortalecen y desarrollan emociones o virtudes positivas de optimismo, alegría, paz, tranquilidad, paciencia, coraje, fortaleza, sabiduría interior y seguridad.
Así los defectos que la persona reconoce en si mismos y desea cambiar, se neutralizan por el desarrollo o el fortalecimiento de virtudes. De esta manera desaparecen los desequilibrios fiscos y emocionales, se reestablece la armonía se recupera la seguridad y el amor por uno mismo.